Es increíble cuánto bien puede hacer el descanso por el cuerpo humano, desde renovar las fuerzas para el trabajo diario hasta prevenir enfermedades tan graves como el cáncer. Es verdad, los seres humanos necesitamos descansar. No todo en la vida es trabajo. Cuando Dios creó al ser humano, lo diseñó con la necesidad de un espacio de tiempo para estar vinculado con su Creador y con su familia. Ese espacio es el día sábado. Este día santo nos permite adquirir el equilibrio para diferenciar los aspectos relevantes, trascendentes e imprescindibles de la vida en relación con los que son efímeros, innecesarios y triviales. El sábado propicia el tiempo para convivir con Dios y encontrarnos con nosotros mismos. Además, brinda la oportunidad de estar con la familia y pasar momentos únicos a su lado.
