DE LOS AMIGOS, SURGEN ENEMIGOS
“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido” (Isaías 53:4). Job fue condenado por sus amigos; Jesús fue condenado por el Sanedrín y por el populacho. Pocos permanecieron de su lado, aunque había sanado y beneficiado de algún modo a muchos.