“Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz” (Col. 2:15)
La lógica celeste es muy diferente. Mientras aquí vale la ley del odio, en el Cielo vale la ley del amor. La batalla en el Cielo fue entre esas dos lógicas. Del lado de satanás, usaron la fuerza bruta y la estrategia de la mentira lo máximo que pudieron contra JESÚS. Querían matarlo a todo costo, querían librarse de él. Pero del lado del Cielo, usaron la lógica del amor. Mientras de parte de satanás las tácticas de lucha fueron humillar a JESÚS, de parte de Jesús, la táctica fue mantenerse fiel a su gran principio de vida y de gobierno, que es amar a todos. Hicieron lo que pudieron contra él, pero no consiguieron llevarlo a renunciar a amarnos. Lo que los enemigos querían era que fallase en el amor, cosa que no consiguieron. Fue en eso que JESÚS venció.
Ahora vea cuál fue el resultado de su victoria. Fue por haber vencido en mantener el amor por encima de todos los intereses que ganó el derecho de resucitar al tercer día y también el derecho de volver a ser el Rey del Universo y tornarse el Salvador del mundo. Es ahí que viene la pregunta: ¿qué consecuencias trajo para satanás su estrategia de humillar y matar a JESÚS? Va a tener que sufrir la derrota hasta su fin.
la redención del ser humano ocurre por la sustitución de nuestra muerte eterna por la muerte de JESÚS. La paga del pecado es, en el sentido completo, el envejecimiento, la posibilidad de enfermedad, de los defectos físicos, de los sufrimientos, de la primera y de la segunda muerte. Esta última es definitiva. En la cruz, JESÚS nos libró de ella. Él no nos libró de otras consecuencias, como por ejemplo del envejecimiento, de la primera muerte y de las demás cosas que relacionamos. Para sufrir menos, para vivir mejor, debemos hacer nuestra parte en cuanto a los cuidados con la salud.
Aquí hay un punto interesante a considerar. Nuestra redención, esto es, la liberación de la paga del pecado está vinculada a la muerte sustitutiva de JESÚS en la cruz. Esa es la gran cuestión para considerar. El gobierno celestial acepta la muerte de JESÚS en nuestro lugar. Eso es algo increíble, y difícilmente ocurre en la justicia de los seres humanos. Vale la pena gastar algún tiempo para considerar ese punto maravilloso del Reino de DIOS.
Vamos a analizar un poco mejor ese hecho. En primer lugar, quien sustituye al pecador no fue otro pecador, sino un ser perfecto. En seguida, ese ser perfecto es el autor de la ley. Y era esa ley que estaba siendo atropellada por Lucifer. Por lo tanto, el autor de la ley debe tener el derecho de saber lo que puede y lo que no puede hacer, sin desobedecer su propia ley.
Pero ahora viene lo más importante. ¿Qué es lo que dice la ley de DIOS, en resumen? Amar a los otros, de la forma más intensa posible. Ahora, preste atención a lo siguiente: el criterio de justicia en el gobierno de DIOS es muy diferente de los criterios que tenemos aquí en la tierra. ¿Cuál es la principal motivación de las acciones en el Cielo? Es el amor. Por lo tanto, sustituir a alguien en la muerte, es obviamente un acto de amor, lo que no infringe la ley del Cielo. Por el contrario, ese es el cumplimiento de la ley. Y, lo que, es más, fue JESÚS quien dijo así: “vine para servir, no para ser servido”, (Mt. 28:20) o sea, vine para amaros, por eso os sirvo.
Hay todavía un detalle, igualmente importante, en ese análisis de la sustitución. Aunque haya una provisión para todos los pecadores de este planeta, solamente serán librados de la muerte eterna aquellos que realmente se conviertan, esto es, que se entregan para ser transformados. Por lo tanto, estos pueden recibir el perdón, para poder ser transformados. Luego, puede verse con facilidad que la justicia divina es totalmente diferente de la que se hace aquí en la Tierra. Allá en el Cielo, el criterio básico de justicia es amar. Y DIOS ama al pecador, pero cuidado, solo salva a los que puede transformar para que sean perfectos otra vez y así tengan condiciones de vivir en el Cielo. Y para que él pueda transformar, una persona tiene que ser perdonada y querer ser transformada. Luego, por el criterio del amor, la situación de la persona estará totalmente resuelta. Y como ya sabemos, pero no cuesta recordar, toda la solución se fundamenta en el derramamiento de la sangre de JESÚS, lo cual pagó el precio que nosotros deberíamos pagar. Siendo así, estando al día, ninguno de los requisitos legales del Cielo fue infringido para que se resuelva el problema del pecado de las personas. Por otro lado, aquellos que no desean el perdón y la transformación, también por el mismo criterio, es justo que sean muertos para siempre, pues de ese modo rechazaron ser amados por DIOS.
Somos esclavos, satanás, quien es incomparablemente más inteligente que los seres humanos. Tiene a su disposición una cantidad de ángeles cuyo número debe ser extraordinariamente grande, pues representó, en el tiempo de la guerra en el Cielo, un tercio de todos los ángeles. Eso quiere decir que se es esclavo de un poder inmenso, capaz de vigilarnos todo el tiempo, de anotar nuestras costumbres y de controlarnos psicológicamente, satanás y sus ángeles tienen tal poder mental que no necesitan escribir, ellos memorizan y no se olvidan. Nos conocen hasta tal punto que ni nosotros sabemos tanto acerca de nosotros mismos. Saben cómo engañarnos y de qué forma es más probable que caigamos en sus estratagemas. Y para completar, existe entre ellos un sistema de comunicación que deja en vergüenza a nuestros celulares.
Ahora, ¿Cómo actúan los esclavos de satanás? En general, se sienten bien cómodos y viven pensando que son libres. Llegan al punto de pensar que esta vida es buena, y la defienden, imaginando cuán mala debe ser la vida de los verdaderos siervos de DIOS. La astucia de satanás es tan grande que incluso muchos miembros de la iglesia verdadera son en realidad sus esclavos, y ni se dan cuenta. Los miembros que son libres de satanás, en la iglesia, no son bien vistos por los miembros esclavos del enemigo y que asimismo piensan pertenecer a JESÚS. Satanás, primero les embota la mente y una de las maneras de hacerlo es por la alimentación errada. “Satanás ha vencido a millones tentándolos a la complacencia del apetito. Por medio de la gratificación del gusto, el sistema nervioso se excita y el poder del cerebro se debilita, haciendo imposible pensar con calma y en forma racional” (Consejos sobre el Régimen Alimenticio, 151). Otra manera es viendo películas mundanas, programas de televisión mundanos, “Big Brother”, leyendo textos que degeneran los pensamientos, involucrándose en conversaciones profanas, participando de mensajes, fotos y vídeos degenerativos en las redes sociales, etc. No se percibe que él controla. En verdad las personas aprecian esas cosas, y se irritan cuando algún predicador osa decir que tales cosas provienen de un poderoso enemigo.
Reafirmamos que, en general, a los esclavos les satisface su condición, no admiten su estado lamentable e inclusive condenan a quienes fueron libertados por el poder de DIOS. Me refiero a los hermanos de la iglesia. hablo así para que tal vez alguien más se depare con su situación y mude para el lado de JESÚS. El hecho de tener el nombre en los registros de la iglesia no es una garantía para ser salvo. La esclavitud de satanás es muy diferente de la esclavitud de los negros en Brasil, tiempos atrás. Los negros sabían de su condición, mantenían un fuerte deseo de ser libertados, conocían a su señor y sus intenciones. Los esclavos de satanás necesitan tornarse como aquellos negros, por lo menos conocer a quién los manda. Y como los negros, luchar por su libertad. Acontece que los señores de los negros también eran personas, seres humanos, incapaces de tanta astucia cuanto la de satanás. El poder engañador es incomparablemente superior al de cualquier ser humano. El control psicológico es tal que a los engañados les gusta, e imaginan que su estilo de vida es el mejor.
¿Usted, adventista del séptimo día no participa de eso? ¿Y se imagina entonces que por ese hecho no es esclavo de satanás? Tenga cuidado, puede que esté siendo y ni se dé cuenta. Ese es el punto que debemos hacer hincapié en este estudio. Repito porque es importante, la mayoría de los esclavos del enemigo no saben de su condición, y aman su estado degenerado, incluso dentro de la iglesia. ¿Quiere uno o dos ejemplos? ¿Cuántos de nuestros hermanos no consiguen deshacerse del hábito de ver películas de acción y de violencia el sábado por la noche? ¿Cuántos son fanáticos del fútbol? ¿Cuántos no consiguen libertarse de las pinturas en sus cuerpos y cabellos, pensando que es absolutamente normal? ¿Cuántos no consiguen libertarse de la necesidad de comparecer con vestimentas extravagantes, aún en el recinto de la iglesia, principalmente en los matrimonios? Y así por el estilo. Pues bien, si alguien discrepa de estas preguntas, por favor, procuren leer más la Biblia y los libros de la hermana White.
¿Qué son los principados y las potestades que estamos estudiando? Son ángeles creados por DIOS, para su servicio y para servir a otros seres creados, como nosotros los seres humanos. Por lo tanto, fue DIOS quien creó a esos principados y potestades. Existen dos categorías de principados y potestades: los buenos y los malos. Los buenos son aquellos que no se dejaron engañar por Lucifer, y, por lo tanto, no cayeron de su estado original de creación de DIOS. Los malos son los que acompañaron a Lucifer en su rebelión y acabaron haciendo de nuestro planeta su morada, su abismo y sede de gobierno. Exactamente donde nosotros también habitamos.
Principado viene de príncipe, el primero, o el líder y superior. Potestad es autoridad que recibió poder por delegación, del príncipe. En el ejército del mal, el príncipe es satanás. En su jerarquía ciertamente él es el líder mayor, y debe haber otros líderes inferiores, y por fin, los ángeles malos, que son las potestades. Por eso, “no tenemos lucha contra sangre y carne”, (Efe. 6:12) o sea, contra otros seres humanos, o contra poderes de seres humanos, sino aquellos dominados principados y potestades de mal. El príncipe del mal es el verdadero enemigo. Sus ángeles también. Ellos dominan los poderes de muchas naciones del mundo, y al final, dominarán a todas (conforme Apoc. 16: 14).
Vamos a analizar la acción de esos principados y potestades en nuestros días, y luego un poco más en el futuro. Son seres con capacidades superiores a las de los humanos, pueden ser invisibles, pueden desplazarse a una velocidad superior a la de la luz, tienen mente poderosa y son capaces de hechos que no podemos explicar. Después de todo, son seres más poderosos que nosotros.
Como no pueden actuar directamente, buscan hacerlo por medio de poderes humanos, como iglesias, naciones, sindicatos y otras organizaciones, muchas de ellas secretas. Actúan fuertemente también por medio de los canales de televisión, periódicos, revistas, películas, novelas, además de usar el alimento industrializado y desnaturalizado, las modas mundanas, las costumbres envilecidas, la codicia humana, y muchas cosas más. Es así como hoy están actuando de manera indirecta, los poderes que estamos estudiando.
Pero ya están mudando de estrategia en la medida en que las personas son liberados por DIOS. Ellos ya están entrando directamente en acción. Ya están realizando señales y maravillas que llaman la atención hasta de los hombres de ciencia y personas que normalmente no creen en espíritus. Después del decreto dominical, esas manifestaciones serán poderosas e inexplicables para los seres humanos. Y cuanto más cerca del fin, mayor será la acción de satanás y sus ángeles, utilizando los poderes que poseen. Y también tanto más los hombres serán títeres bajo los poderes de esos principados y potestades.
El enemigo está derrotado, pero, en estos dos mil últimos años es el tiempo de la decisión de las personas sobre si desean o rechazan la victoria, que está siendo ofrecida a todos. Por eso, después de la cruz, la iglesia, sustituta del pueblo de Israel, viene predicando un mensaje un tanto diferente del que se enseñaba en los tiempos de Israel. Vimos que el enemigo fue despojado por JESÚS. ¿Qué significa eso?
Despojar significa quitarle algo a alguien. ¿Qué es lo que le fue quitado a Lucifer? Varias cosas. Le quitó el poder sobre la humanidad, ya no es más el príncipe de este mundo, poder que había tomado de Adán y Eva. Le quitó el derecho de dominar sobre las personas que se aferran a DIOS. Él fue desenmascarado, pues en aquellas horas decisivas quedó bien definido cómo actúa JESÚS y cómo lo hace satanás. Uno ama incondicionalmente, el otro recorre a mentiras para hacer valer los intentos de su odio. Uno perdona, el otro mata. Uno salva, el otro acusa falsa y malévolamente. Para quien quiere saber, y seres de todo el Universo supieron, quedó establecida la diferencia entre, entre el bien y el mal. En resumen, las acusaciones de satanás se mostraron falsas y originadas en intenciones egoístas y malévolas. Satanás quedó despojado de su máscara. Todos los que deseen pueden desde aquel día en adelante identificar quien es bueno y quien es malo, y pueden saber si la ley de DIOS es buena como el propio DIOS afirma, o si es mala, como acusa satanás. A partir de la cruz, no puede haber más dudas sobre la naturaleza del gobierno celestial y del imperio de satanás. Uno puede perdonar y dar la vida, el otro solo puede garantizar la muerte, y ésta, con mucho sufrimiento.
Debemos procurar entender la realidad de los acontecimientos en este mundo a través de la Biblia, pero también debemos procurar entender esa realidad observando el contexto donde vivimos. Fácilmente llegaremos a la conclusión de que un conflicto, como el que ahora se ve en Siria, no puede ser algo natural y aceptable. Tiene que haber motivos. Y nosotros, por la Biblia, entendemos que la gran causa original es la rebeldía de Satanás contra DIOS. La historia que la Biblia cuenta no puede ser el fruto de la mitología o invenciones de seres humanos de la antigüedad.
¿Tenemos cómo fundamentar nuestra fe? Claro que tenemos. La fe en DIOS no es meramente un esfuerzo mental para aceptar lo que fue escrito. Tiene fundamento. Y uno de los fundamentos es la profecía. “Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis” (Juan 14:29).