En un tiempo cuando la novedad es lo atrayente y todo pasa a velocidad vertiginosa, suena ilógico hablar de algo permanente. Sin embargo esta obra lo es; sus múltiples y variadas ediciones lo certifican. Y es que el tema principal, nos refiere a lo permanente, lo inmutable, lo eterno, es decir, lo que proviene del Maestro, de Dios mismo, cuyos designios no conocen el límite del tiempo. No obstante, eso eterno, nos es presentado de una manera comprensible, ágil y amena, huelga entonces decir que su autora tuvo un notorio acercamiento a la fuente de su inspiración. Sus páginas muestran a un Cristo real, sufriente, humillado, pero a la vez, el que redime y sustenta. Ya sea por sus años de existencia, que suman más de cien, o simplemente por su contenido, esta obra puede ser considerada un clásico de la literatura cristiana. Su lectura que ha producido benéficos resultados en miles de personas, continúa teniendo el mismo propósito de su elaboración original: mostrar a todos los que lo deseen, el verdadero camino a Cristo.