Enfoque de Nuestro Tiempo Noviembre 2019 – Amor, el gran fruto del Espíritu Santo

 

Todos podemos tener nuestros puntos de vista y no necesariamente estar de acuerdo. Todos tienen derecho a pensar por sí mismos. Todo está bien mientras no se cruce la línea del respeto al derecho ajeno, como bien decía Benito Juárez. Pero cuando alguien pierde el control de sus propios impulsos, ideas y acciones, la situación se vuelve peligrosamente impredecible. Es ahí donde falta algo que mantenga el equilibrio en la vida, el freno que contenga las pasiones personales y la influencia que nos permita gestionar los dones que Dios nos ha dado. ¿Pero dónde podemos obtenerlo? En la Biblia, se le llaman los frutos del Espíritu Santo. Sí, son virtudes que se desarrollan como consecuencia del poder divino en la vida del creyente. El gran fruto del Espíritu Santo en la vida es el amor, el cual se va desdoblando a través de otros dones que nos permiten vivir de manera equilibrada, sin caer en variabilidades emocionales o arranques de ira en contra de otros a quienes confundimos como enemigos. Son los dones del Espíritu lo que nos permite enfrentar y superar las frustraciones del día a día sin perder la calma ni abandonarnos a la desesperanza, ni mucho menos lastimar a otros porque las cosas no salen como pensamos. Por eso, hoy la presencia del Espíritu Santo es una de las más grandes necesidades de los seres humanos.


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