Enfoque de Nuestro Tiempo Febrero 2019 – Las parábolas de Jesús

 

Una de las grandes virtudes de Jesucristo son sus brillantes dotes como pedagogo. La forma en la que transmitía sus enseñanzas resulta verdaderamente atractiva, incluso para quienes vivimos dos mil años después que él anduvo por este mundo. Pero hay algo particularmente encantador en sus métodos de enseñanza: se trata del uso de las parábolas. Para un estudioso de la Biblia representan una importante fuente de instrucción para la vida espiritual. El abanico de aprendizaje es muy extenso: desde el planteamiento de las historias, el análisis de los personajes, la elección de los verbos y, por supuesto, la aplicación a la vida práctica. Sí, uno puede leer una y otra vez los relatos de Jesús y encontrar nuevas aplicaciones para la experiencia espiritual. Ese es uno de los rasgos que diferencia a las de la creatividad humana, ya que tiene un origen divino. Así que, aparte de ser una obra bien escrita, la cual se puede leer en innumerables ocasiones sin cansar la mente, también contiene el camino que conduce a la vida eterna. Las parábolas de Jesús nos recuerdan que una buena enseñanza siempre tiene algo nuevo que aportar. Podemos regresar al planteamiento original y, además de recuperar información, encontraremos nuevas dimensiones de elementos que no vimos la primera vez que fuimos instruidos sobre el tema.


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