NUESTRA IDENTIDAD

«Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable» 1 Pedro 2:9

Este tema tiene que ver con la identidad del adventismo, 1 Ped. 2:9, si alguien te pregunta de qué iglesia eres, aquí esta una respuesta espectacular, quien es usted, quienes somos nosotros, somos sacerdocio real, somos nación santa. Pueblo y propiedad exclusiva de Dios, para que, para proclamar lo que Dios hace en nosotros, y lo que Dios hace a través de nosotros.

Ya que vamos a hablar de la identidad del adventismo, quiero comenzar definiendo que es identidad, consulté un reconocido diccionario en filosofía de >Nicola, identidad es lo que es, porque es imposible que una cosa sea y no sea al mismo tiempo, y me gusto esta definición simple y práctica, y siguiendo la filosofía del diccionario, alguien podría preguntar quien es la iglesia adventista? busque dos definiciones, una popular  y una en Wikipedia, ( la iglesia adventista del séptimo día es una iglesia cristiana protestante, restauradora, trinitaria, sabatista, moralista, no es sensacionalista, que se distingue por la observancia del sábado como día del Señor, en el séptimo día de la semana judío-cristiana y por su énfasis inminente de la segunda venida de Jesucristo) quieres saber quien es la iglesia adventista, ve a Wikipedia , conoce nuestra identidad, y busque otra definición de como nos llamamos nosotros mismos, en el tratado de teología aparece esta definición clara, “los adventistas son una corporación protestante, conservadora, de cristianos evangélicos, con una fe basada en la biblia y centralizada en Cristo que enfatiza la muerte expiatoria del Salvador, su ministerio en el santuario celestial y su breve retorno para redimir a los fieles.

Los adventistas son conocidos por observar el sábado, por enfatizar en la conservación de la salud como parte del deber religioso, y por realizar actividades misioneras alrededor del mundo. Así nos definimos nosotros mismos.

Nuestra constitución de identidad se compone de algunos elementos, entre ellos está nuestra alimentación, pero no es así como nos definimos, esta idea del tratado de teología, fueron defendidas por nuestros pioneros, ya pasaron 175 años de que nos definimos como movimiento, es mucho tiempo, en esos 175 años algunas cosas han cambiado, algunas cosas desaparecieron, y surgieron algunas preocupaciones, y hay una preocupación grande que nos incomoda a todos, es la pérdida o dilución de nuestra identidad, 20 años atrás era muy fácil decir quiera un bautista, un presbiteriano, un luterano, un adventista, y hoy podemos hacer una larga fila de ellos intercalados. Y ya casi no puedes identificarte, y esta es una preocupación que nos debe de incomodar, el perder nuestra identidad, en medio de una cultura que cada vez más nos está envolviendo.

Nos esta dejando parecido a todo el mundo, por eso quiero en oportunidad tratar 5 puntos, porque es una preocupación que estamos en peligro de perder nuestra identidad como adventistas del séptimo día.

El primer punto es, estudiar las sagradas escrituras, es un imperativo para pastores, miembros, para todo mundo, la lectura es el medio universal de aprendizaje, y es la preparación inmediata para todo tipo de producción, leer es esencial para lo que nos concierne, y aquí esta la preocupación, leer libros evangélicos seculares como fundamentos de teología de muchos pastores.

Es bueno conocer literaturas, no solo la adventista, pues al final de cuentas no somos marginados, vivimos en una cultura, de la literatura del bien y de varias denominaciones, no somo raros cada uno de nosotros, ya que en nuestras respectivas áreas en nuestro campo de actuación leemos literatura secular o evangélica, y me refiero que tomamos esa literatura como referencia de nuestra identidad, como fundamento de nuestras creencias, y se torna en algo tan esencial que esta literatura secular evangélica se pasa a manifestar en nuestros textos, en nuestros artículos, en nuestros sermones, en nuestras postales de Instagram, en nuestras publicaciones de Facebook , que postean de todo tipo de pastor, menos de los pastores adventistas, esa literatura se ha convertido en un punto de referencia de su teología, ahora la pregunta es, cual es el problema.

Cuando la literatura evangélica se torna en nuestro pilar, en nuestro fundamento de nuestro pensamiento bíblico y teológico, saben lo que sucede, eso significa que la biblia, y los autores adventistas, son colocados a un lado, porque en muchas circunstancias de nuestros temas no hay dialogo entre la literatura evangélica y la adventista, y quiero destacar aquí 3 puntos en este sentido.

1.- por menor intención que haya en la literatura secular evangélica, los conceptos que esos libros presentan, las suposiciones y finalidades de esos autores, son muy diferentes a nuestros conceptos, a nuestras suposiciones y nuestras finalidades, por ejemplo, un autor secular, tiene una visión del mundo muy diferente a nosotros con respecto de lo que dice de Dios, de la familia, de los valores, de la espiritualidad, del casamiento, la finanzas, el cuidado del cuerpo, etc. esa visión en algún momento va a influenciar en mi modo de pensar y seguir un camino.

Un autor evangélico piensa muy diferente a los adventistas en cuanto a la misión, visión, adoración, música, diezmos, ofrendas, lectura de la biblia, comunión con Dios, profecía, doctrina, la naturaleza de cristo, ellos no piensan como nosotros pensamos y nosotros no pensamos como piensan ellos, y si analizamos lento esa literatura y tomamos como esencial una frase de su teología, ¿sabe que va a acontecer? en poco tiempo esa teología la vamos a incorporar en nuestras conferencias, en nuestros sermones, estudios bíblicos, y en nuestras publicaciones.

2.- que quede bien claro, no es pecado citar a autores seculares, evangélicos, por supuesto que no, algunos hacen sus tesis referenciando a autores no adventistas, citar o no citar no es punto, el punto es no hacer de esos autores la columna dorsal de nuestros pensamientos bíblicos teológicos, no fundamentar de ellos nuestros sermones, un proverbio popular dice, “dime con quien andas y te diré quién eres” para la literatura es también así, “dime que estas leyendo y te diré lo piensas” o “dime cuales autores citas y te diré cuales ideas defiendes” por eso sometamos a esos autores seculares, evangélicos a una criba de lectura sagrada, y en segundo lugar a la criba de los libros de Elena de White, que nuestra confianza sea total y estricta en la biblia, y no en el sistema teológico, allí el adventista se enseña en el criterio único de la palabra de Dios,

3.- por favor tengamos cuidado de recomendar a autores seculares, evangélicos, públicamente o en nuestras redes sociales. Eso muy común hoy, recomendar un libro que es de un paquete mas grande que se llama teología, debemos de estar seguros de que es una buena literatura,

Puntos 2. El púlpito, en el pasado tuvimos muchos predicadores de peso y tradición, en la actualidad hay empobrecimiento en el púlpito adventista, especialmente los sábados, los sermones en vez de ser una declaración se tornó en una proposición, en vez de ser una revelación, se convirtió en ser un consejo, en lugar de ser un así dice el Señor, se torno en un yo creo, así pienso, en lugar de ser una explicación de su reino se convirtió en historias y anécdotas que en nada edifican.

En muchos púlpitos adventistas, se ha dejado de un lado la contundencia y la urgencia, prefiriendo la conveniencia y la contextualización, la palabra de moda, y cuando esto sucede tenemos miedo de hablar la verdad absoluta, y la trocamos por la verdad circunstancial, y terminamos en lo cultural,

cambiamos la referencia y fundamentos bíblicos por citas de los especialistas, parece que el Cristo al que representamos, se destaca por su simpatía, por su sonrisa, por su abrazo, por su amor y amistad, todas esas cosas son correctas, siempre enfatizamos que Dios nos ama, nos perdona, nos recibe, y todo eso es verdad porque es la esencia del evangelio, mas tenemos que ser completos y presentar declaraciones comprometedoras, el pulpito no es un lugar para apenas presentar las acciones de Dios, el pulpito es un lugar para enfatizar o que Dios espera de nosotros.

Y como eso nos hará personas mas maduras, mas santas y más preparadas para la ciudadanía celestial, necesitamos revitalizar nuestros pulpitos con sermones bíblicos, que sean cautivadores, conmovedores, que el resultado sea la reflexión, necesitamos sermones que despierten a la iglesia, que se comprometan las personas para una vida diferente, una vida digna, y que se comprometan con la misión.

Necesitamos revitalizar nuestros púlpitos con sermones poderosos, con sermones entusiastas como los sermones de Juan el Bautista, que sus palabras tocaban lo profundo de sus corazones, y reaccionaban con convicción, que preguntaban ¿qué haremos? Luc. 3:10,11.

Necesitamos revitalizar nuestros púlpitos predicando un Cristo completo, un Cristo que dice… No te condeno, vete y no peques más. Gracia por un lado y compromiso por el otro lado,

Un púlpito gracioso, produce adventistas liberales, y no debemos ser liberales sino discípulos, porque el discípulo es seguidor que recibe la gracia para vivir en compromiso, debemos de pensar si mis sermones conducen a las personas a Dios en busca de entrega, en busca de renovación, no que lea la biblia para las personas, sino que lleve a las personas a leer la biblia, ese es nuestro compromiso.

Punto 3. tal vez esta sea la parte mas sensible, el uso de términos seculares y humanistas, para expresar actividades y conceptos supuestamente bíblicos, algunos pastores y miembros de iglesia están llenos del mensaje secular y humanista, que ciertas palabras con vocablos comprometedores ideológicamente y teológicamente hablando, se incorporaron a su vocabulario con total naturalidad, que no se dan cuenta de lo que están hablando, pero solo vamos a analizar dos palabras, entrenador y entrenamiento, más de un pastor y miembro de iglesia dice que es un entrenador, ¿será que esta correcto decir soy un entrenador? antes de hacer un análisis de estas palabras, quiero dejar en claro que estas palabras están repletas de ideología y filosofía, que no combinan con el pensamiento adventista.

Entrenador y entrenamiento, vienen con un paquete ideológico muy fuerte, preste atención, un entrenamiento es un proceso definido que utiliza cursos, técnicas y conocimientos de diversas técnicas, como administración, gestión de personas, psicología, neurociencia, recursos humanos, planificación estratégica, entre otras, para conducir de manera confidencial a través de sesiones donde un profesional tiene la función de estimular y despertar a su cliente, usando su potencial infinito para que este conquiste todo lo que desea,

Estoy impresionada con esta declaración, que tipo de potencial infinito puede haber en un ser finito, no podemos ver este tipo de enfoque en el pensamiento bíblico, para que conquiste todo lo que desea, no será que estamos hablando de un tipo de omnipotencia, que solo le corresponde a Dios, esto es un problema, si puedo tener todo lo yo quiero, ¿acaso no estoy compitiendo con Dios? entonces en donde entra la voluntad de Dios, no seamos ingenuos, la psicología educacional es para motivar a las personas para que se superen, eso es necesario, pero no estoy hablando de eso, estoy hablando de la técnica que coloca al individuo solo en la capacidad de superar a tal punto que no necesite nada, en el evangelio de Juan encuentro, una declaración del propio Jesús diciendo, Yo no puedo hacer nada de mi mismo, sino por el Padre.

El entrenamiento no combina con el pensamiento bíblico, resumiendo, términos seculares y humanistas, por mas legitimados, por mas utilizado no siempre están de acuerdo con la comprensión bíblica, por eso necesitamos tener mucho cuidado, de no salir diciendo soy un entrenador, porque las ideas humanistas les encantan a las personas,

4 punto- por último, tenemos el desafío de presentar la verdad, la supervisión de varias fuentes para comunicar la verdad, en años pasados estaban bien fundamentados en la biblia los clásicos pioneros, y los escritos de Elena de White, en este tiempo de Internet y redes sociales, cualquier persona tiene una opinión sobre cualquier tema, que en 5 minutos resuelven problemas inmensos, y eso es un problema porque en muchos de los casos esas opiniones personales están cargados de errores teológicos, que son entendidas por las personas como posturas oficiales de la iglesia, por otro lado se fundamentan ideas de filosofía, antropología, sociología y pedagogía, en lugar de abrir la teología, y buscar respuestas que están en la palabra de Dios, eso quiere decir que no debemos permitir que la cultura y el conocimiento humano modele nuestras creencias, no debemos permitir que los estudios académicos formateen nuestros conceptos y practicas eclesiásticas.

Es bueno aprender de otras ciencias, pero tomando la palabra de Dios como directriz principal, no debemos entronizar a los especialistas, debemos de entronizar las escrituras, como referencia definitiva de nuestras creencias y prácticas, nuestros sermones y palabras deben de estar validados por un -Así dice el Señor-

Punto 5- confesar a Jesucristo como Señor y Salvador , somos llamado para salir del mundo, eso no significa aislarse de la sociedad, sino como cumplir la gran comisión, significa vivir una comunidad que comparte la misma Fe, la misma esperanza, los mismos valores, las mismas creencias, en otras palabras somo el remanente de Dios, y cuáles son las características del remanente, eso es muy simple, el apostol Juan describe un grupo en términos muy específico, el grupo aparecería después de 1260 años de persecución, compuesto por los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús,  pues bien, la iglesia adventista como el remanente de Dios, independiente de sus enfoques, independiente de los grupos a los que quiere alcanzar, independiente de la sociedad en donde está insertada, debe ser como remanente, ese es el punto.

No debemos de esconder nuestra identidad, con un discurso o una postura determinada por el grupo de personas a quien queremos alcanzar, ese es el problema, estamos escondiendo nuestra identidad, y asumiendo la identidad del grupo al que queremos alcanzar, no puede ser así, nosotros somos el remanente de Dios, por eso cuando hablamos con los posmodernos debemos hacerlo como el remanente, cuando dialogamos con los ateos, los agnósticos debemos hacerlo con respeto pero como el remanente, cuando dialogamos con simpatizantes de la religión debemos hacerlo con respeto pero como el remanente, nuestro discurso, nuestra postura, nuestro estilo debe ser como remanente.

En ese sentido la preocupación es el surgimiento de grupos, comunidades o iglesias, adoptando elementos seculares, como herramienta de evangelismo, no estoy enseñando nada.

Solo estoy compartiendo preocupaciones de grupos que están surgiendo en la iglesia adventista que quieren un tratamiento diferente. Con el argumento de que quieren alcanzar grupos diferentes, y propone estrategias tan diferentes, que no se configuran como adventistas y mucho menos como remanente.

Y esos grupos se especializaron tanto en hablar al post moderno que al final son post modernos, y usan el argumento de la encarnación de Cristo y que nosotros también nos debemos encarnar la cultura, si, Cristo se encarno y transformó a este mundo como nadie jamás lo hizo,

Les voy a preguntar con sinceridad, ¿será que realmente precisamos de iglesias diferentes? para grupos específicos, será que necesitamos revitalizar la iglesia normal, para que evangelice a los postmodernos, será que el evangelista Pablo sirve todavía como referencia, pues el preparó una iglesia normal para alcanzar a los diferentes, es un error ignorar las sensibilidades especificas de un grupo social, pero no podemos olvidar que somos el remanente, que tiene la fe en Jesús, guarda los mandamientos de Dios y tiene el testimonio de Jesús, cualquier comunidad que no viva esos tres elemento, puede ser cualquier cosa menos el remanente de Jesús.

Cualquier esfuerzo evangelístico que no apunte a esos tres elementos puede ser cualquier cosa menos la proclamación del evangelio,

Aquí se vieron varias cosas, primero lectura, la preocupación por el equilibrio secular evangélico, que se han tornado en el fundamento de teología, luego la preocupación del empobrecimiento del púlpito adventista, luego la valorización de fuentes confiables para comunicar una verdad, y el ultimo la preocupación del surgimiento de grupos o comunidades o iglesias, que adoptan elementos seculares como herramienta de evangelismo.

Ustedes son libres formadores de opinión, y quiero desafiarlos a que como líderes coloquemos lo mejor de nuestro intelecto, lo mejor de nuestro esfuerzo, lo mejor de nuestra influencia, para rescatar y fortalecer la identidad del remanente.

Como iglesia tenemos una responsabilidad, pero como individuos también tenemos una responsabilidad, quiero decir un mensaje final a los miembros de nuestra iglesia, necesitamos ver con claridad la identidad del remanente, los que no son miembros de iglesia, también necesitan ver con claridad la identidad del remanente, permítanme hacer dos recomendaciones muy simples,

Primero, en cuanto pueda reúna a la familia, y recuérdele a cada uno que es un adventista del séptimo día, es necesario recordarles a los niños como a los adolescentes y jóvenes, ¿puedes hacerlo?

Segundo desafío, que se predique en el púlpito un sábado quienes son los adventistas del séptimo día. Se fortalecería mas la iglesia, al conocer su identidad, es deber de cada adventista, pero es imperativo en los líderes, recuerden que retroceder es un elemento esencial para poder avanzar, eso tiene que ver con nuestra identidad, la identidad de la iglesia no es responsabilidad de la institución, es responsabilidad tuya y mía, Dios les bendiga.

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