«Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38).
Es una muy buena oportunidad para entender la importancia de nuestros rituales, pues en muchos lugares ellos vienen siendo atacados o considerados de poco valor. Así, fuego extraño es introducido en la iglesia. Cada miembro debe conocerlos y procurar seguirlos con celo y cuidado. Debe ser respetado aquello que está escrito.
Los rituales son momentos muy solemnes. No se los puede vulgarizar como algo común. Se centran en la muerte y en la segunda venida de JESÚS. Debemos entender eso con solemne raciocinio y devoción. “El sacrificio del Salvador por nosotros es maravilloso, casi demasiado maravilloso para que lo comprenda el hombre, y estaba simbolizado en todos los sacrificios del pasado, en todos los servicios del santuario simbólico. Y se demandaba ese sacrificio. Cuando comprendemos que el sufrimiento de Cristo fue necesario a fin de conseguir nuestro bienestar eterno, nuestros corazones son conmovidos y subyugados. Él se dio en fianza a sí mismo para realizar nuestra salvación plena en una forma satisfactoria para las demandas de la justicia de Dios, y de acuerdo con la excelsa santidad de su ley” (Mensajes Selectos, v.1, 363) Leer más