Si alguna vez te has preguntado por qué existe tanta maldad o dónde está Dios cuando alguna atrocidad ocurre, es una buena idea mirar el santuario. Al observarlo, entendemos que Dios ministra ahí para impartir justicia. Muchos cuestionan el «silencio» de Dios, pero el santuario nos recuerda que gran parte de las tragedias son resultado de transgredir la Ley de Dios. Para quienes consideran que Dios es injusto y desconoce nuestros pesares, el santuario nos dice que él nos conoce muy bien; el santuario era el lugar donde cada día morían víctimas inocentes. Asimismo, el santuario nos da certeza de nuestra salvación; nos recuerda que Jesús está vivo e intercede por nosotros, él es la ofrenda perfecta y el Sumo Sacerdote que nos representa ante Dios. Cada mueble y servicio en ese lugar son una bella ilustración del interés y el amor de Dios por cada uno de nosotros. Acudamos confiadamente cada día para conocer las riquezas de su gracia.